Me hospedé en los condominios y acudí al restaurante que se encuentra ahí por la comodidad. Comí un par de días y lo que más me agradó aparte de la hermosa vista al mar fue la pizza hecha en horno de barro y la atención del personal muy buena. Regresaría y sí lo recomiendo.
Muy limpio y buenas porciones gastas de 600 a 800 2 personas. Comimos un burrito y una pechuga parmesana.
¡Este restaurante es una joya escondida que no puedo dejar de recomendar!
Desde el momento en que llegas, te envuelve un ambiente relajado y acogedor que te hace sentir como en casa.
Las piñas coladas son simplemente irresistibles, perfectas para disfrutar bajo el sol mientras contemplas las olas del mar. Y hablando de sabores, ¡la comida es absolutamente deliciosa! Cada pizza está cuidadosamente elaborada con ingredientes frescos y sabores auténticos, una delicia cada bocado.
Pero lo que realmente hace que este lugar sea especial es el servicio impecable y la calidez y atención de las personas que trabajan aquí.
Y hablemos de la vista: ¡es espectacular! No hay nada como disfrutar de una deliciosa comida mientras contemplas el mar azul y las olas rompiendo suavemente en la playa.
En resumen, este lugar me encanta y sin duda lo visitaría una y otra vez. Lo recomiendo al 200 por ciento a cualquiera que busque una muy buena experiencia culinarias en un entorno relajado y hermoso.
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