Un buen lugar para comer comida típica michoacana realizada con las recetas tradicionales, todo el sazón casero que merece la cocina. Puede que las proporciones que encuentres no sean muy grandes pero es llenador.
La chef ha dedicado buena parte de su carrera al rescate de la comida tradicional y la cocina originaria. Vale la pena darle una visita por la tradición.
Es un lugar que vive del recuerdo. Durante algunos años fui cliente frecuente debido a la exquisitez de sus alimentos, ahora abril del 2022. volvimos con la familia y oh sorpresa desagradable: alimentos reducidos en sus tamaños, de pésima calidad en el sabor (de uno o varios días antes), sin las cortesías de totopos y salsas al centro de la mesa, varios platillos de la Carta no los tienen disponibles y con un aumento sustancial en los precios. Conclusión: busquen otras opciones.
Excelente restaurante, por fuera podría pasar desapercibido, pero es una de las mejores experiencias gastronómicas en Michoacán. Además los precios son justos. La cocina está prácticamente a la vista y todos los platillos son preparados al momento. El menú en el horario de la comida es exquisito. Probé el chile relleno de uchepo, las enchiladas apatsinguences, la avena con leche y el atole de tamarindo. Las tortillas y las salsas son muy buenas también. Es atendido personalmente por la dueña y su hija.
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