Aunque el restaurante si es bastante caro, en mi opinión vale mucho la pena. La comida es de la más alta calidad y el servicio es increíble aunque a veces puede llegar a ser un poco abrumador. Me encanta como tienen las mesas en el área de no fumar con la luz en el centro. Es como si los platillos fueran un artista a punto de dar un concierto. Lo mejor del restaurante en mi opinión es el dulce de leche. Nunca he comido un postre parecido y a la fecha es de los mejores postres que he comido, solo no soy fan de las palomitas y las cambiaria por algo más en el platillo. Lo único que se me hizo raro fue que me ofrecieran a rayar trufa sobre el sashimi y aceite de trufa en los camarones roca. Entiendo que la trufa se ha vuelto muy popular y no dudo le gusta a muchos de los clientes. Pero personalmente no creo que funcione con los platillos que sirvieron. Un camarón capeado con salsa chipotle mixta no debería de llevar trufa. Menos pescado fresco que suele ser acompañado de soya, la cual es acida y que lleva picante si se le pone wasabi. No entra en el balance del platillo. Pero como dije, es más algo personal y no dudo muchos clientes lo adoran en su comida. Recomiendo mucho el lugar, en especial si van con un grupo más grande ya que es una increíble experiencia.