Buen ambiente, excelente sazón y servicio. Ideal para ir con la familia, amigos y negocios. El estacionamiento es suficiente e incluso hay música en vivo.
Es un lugar con gran ambiente por el grupo que ameniza los fines de semana. La fórmula retro 80s y 90s no falla. Se come muy bien a precios razonables y buenas porciones. Lo desafortunado es solo el servicio, lento e indiferente, los meseros dan por sentada la propina, te “sugieren el servicio” anotando en la cuenta propinas inmerecidas del 15% al 20%. Si llamas para reservar te dicen que no es posible, pero cuando llegas, las mesas tiene letreros de reservación. Si quieres una buena mesa, hay que pagar por ella.
La atención y el lugar impecable, muy bien arreglado , es muy cómodo acudir a cualquier hora del día, muy recomendable
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