La comida tiene buen sazón, bien servida. Recomiendo los boneless tai chilli y las crepas. Los precios son elevados, principalmente en las bebidas. El ambiente deja mucho que desear porque estuvo lleno de moscas todo el tiempo que molestaban a los comensales.
El restaurant tiene muy buena presentación y todo se ve muy hugiénico, el lugar cuenta con mesas tanto al interior como al aire libre.
La comida es de muy buena calidad y en el menú se especifica siempre el tamaño de las porciones (que en general son de buen tamaño)
Lo único que se podría mejorar es la presentación de los alimentos, los 2 tipos de bebidas que ordenamos se sirvieron en vasos desechables, por ejemplo, la bebida tenía buen sabor pero a la vista no tenía nada de atractivo.
Lo que más me gusto es el tremendo rebanadon de pastel de chocolate, estaba delicioso. Pero también pedimos una hamburguesa que sinceramente me quedó a deber, le ponen el sello de la casa literal se lo queman arriba del pan de la hamburguesa y sabe así, a quemado, da la impresión contraría a una buena presentación, parecía que se les había quemado el pan por descuido. Se tardaron mucho para atendernos y para servir los alimentos, siempre teníamos que andar pescando a la mesera. La terraza es muy bonita pero adentro del local había moscas. Los precios no son económicos, pero están dentro del rango de éste tipo de lugares "bonitos". Sólo volvería por el fantástico pastel de chocolate.
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