Fernando Gutiérrez Urzúa
+4
Recomiendo muchísimo el fetuccini Alfredo, está perfecto en todos los aspectos. Las otras pastas están buenas de sabor, pero muy cocidas.
El servicio puede mejorar en amabilidad y en traer todos los platillos al mismo tiempo, ya que pasaron diez minutos entre el primer platillo de la mesa y el último.
Los precios son un poco elevados pero dentro de un rango justo.
Toda la atención fue muy buena, asi como las porciones de las bebidas y los platillos. El único defecto es que tenías algo de zancudos en las mesas de la parte de atrás, fuera de ahi excelente.
Pasan los años y el sazón del Cibum no se pierde.
Iniciamos con unos escargots, con bastante sabor y cremosidad. Luego siguió una sopa de cebolla, si acaso le faltaba una pizca de sal para mi paladar, pero con los sabores muy presente y a una excelente temperatura.
Pero lo mejor fue el pato confit, y ese aderezo de frutos rojos. Una verdadera delicia y un plato bien hecho, tanto en técnica como en calidad de ingredientes. Mis acompañantes pidieron una pasta y un filete a la mostaza, lo acompañamos con una botella de vino Carmenere y cerramos con una crepa dulce al centro. ¿La cuenta? 1,530 pesos por todo. Larga vida al Cibum Capere.
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