Estuvimos en el hotel las últimas semanas de febrero. Las instalaciones hermosas, los restaurantes muy buenos, el desayuno muy variado. Las habitaciones están bien, el sector de deportes está muy bien cuidado. Hay actividades y shows todos los días, con lo cual es difícil aburrirse. La playa es linda, pero es pública y a veces los vendedores son demasiado insistentes. Es un hermoso lugar para desconectarse, relajarse y pasar un buen tiempo de ocio. Al tener todo incluido, realmente no hay que pagar absolutamente nada extra, y todas las experiencias vip que ofrecen no son necesarias en absoluto. Destaco principalmente la calidad del personal, especialmente del equipo de entretenimiento. Muy atentos Enrique, Alondra, Juanjo, Cristian y Fernanda. Sus clases o actividades fueron muuuy buenas, y estaban atentos a ver cómo estábamos, o si necesitábamos algo. Realmente un placer que fueran ellos quienes coordinaban las actividades esas semanas. Tiene muchos restaurantes temáticos, hay que reservar para poder ir. Nos gustó mucho La Adelita, Sumptuori y Chai Tang. Tuvimos una experiencia desagradable con Portofino, nos atendieron pésimo, parecía que querían que nos fuéramos rápido. La comida decepcionó. La gastronomía de La Paisana está lejos de parecerse a comida típicamente argentina. La atención del personal muy cálida. La limpieza de las habitaciones deja mucho que desear, apenas acomodaban algunas cosas, pero limpiar, no han limpiado en toda la estadía. Una vergüenza para un hotel de esta magnitud. En lo referente a los vendedores, nos atendió Carlos quien nos ofreció "un tour por el hotel" que terminó siendo una charla para vendernos paquetes. Al darle nuestra negativa cuando decidimos no ir, nos trató descortésmente durante el resto de la estadía. Vergonzoso. La atención del personal de conserjería, barras y excursiones, excelente. Destaco a Freddy, del Churcill Bar, que dio la clases de coctelería y de tequila y fueron muy buenas. Para mejorar, deberían avisarte todas las actividades que hay en el hotel. Si no descargás la app y mirás la grilla, hay activiades de las que no te enterás. También tienen kayak, stand up paddel y botes a pedal, pero nadie nos avisó y no lo pudimos hacer. En los bares hay infinidad de tragos pero no tienen cartas a la vista, tenes que mirarlas desde la app. Una pena porque te perdés de disfrutar un montón de cosas. Los shows de la noche muy buenos. Una pena que estén preparados para público angloparlante, y tenga poco de la cultura latina, pero se disfrutan. En el show de México (el mejor) la única parte negativa es que aparece un caballo con el que hacen trucos. Pleno siglo XXI y siguen haciendo uso de los animales para entretenimiento. Indignante.