El lugar es espectacular, el servicio muy atento y rápido. Es un menú único por 170 dolares. En entrada ofrecen una sopa del día, 3 porciones chicas que como en un plato de aperitivos, el plato fuerte con dos guarniciones y el postre. Te llevan el pizarrón para explicarte los diferentes opciones de los platillos fuertes. Puedes elegir solamente el platillo principal, te hacen un descuento de 20 dolares y incluye el postre. Todo está delicioso. Elegimos langosta, huachinango, cabrilla y todo estuvo cocinado en su punto... Hay jazz en vivo, el ambiente es muy íntimo.

Hermoso lugar al aire libre en un acantilado frente al océano Pacífico. El hotel es hermoso, tiene detalles bonitos por todos lados, muchas opciones para sacarte fotos. Indispensable reservación y un anticipo de verificación con TC que puedes hacer en su página. Para llegar, no entras al fraccionamiento, la entrada es del lado izquierdo debajo de unos arcos y pasas un túnel largo que está bien construido e iluminado. La entrada es por el hotel, hay solo valet parking; luego debes caminar y pasar varias áreas y tiendas, un pasillo, bajar escaleras o elevador y otro pasillo, te acompañan todo el trayecto así que no te pierdes. Al llegar estas unos minutos en un lobby donde te ofrecen champaña ya sea por copa o botella y luego ya te pasan a tu mesa; todas son con vista al mar; tienen música en vivo con "requinto". El código de vestimenta es semiformal a formal; a las chicas les recomiendo calzado con el que se sientan cómodas para caminar. El menú es riguroso de 4 tiempos, entrada, sopa, plato fuerte y postre; el costo oscila entre 120 a 250 dólares por persona más 16% de iva, más 15% de servicio. Variedad de entradas a escoger, sopa del dia, de plato fuerte solo hay 1 opción de carne y todo lo demás es pescado, camarón o langosta; el postre también es el del día 2 diferentes. De bebidas es amplia la carta, solo son pocas las opciones sin alcohol. Ingredientes selectos y diferentes a lo tradicional, los postres deliciosos (fue lo mejor), la comida es muy rica aunque he probado mejores; las amenidades y servicios son de alto nivel; el trato que te dan es sumamente amable y se esmeran en atenderte. La vista increíble, solo un mes al año creo que se puede ver el atardecer (por la orientación del restaurante) pero la luna reflejada en el mar es maravillosa; hay acceso a la playa por unas escaleras pero al ser mar abierto no recomiendan bajar despues de oscurecer.