Algo aislado su ubicación, tranquilo; con dos estacionamientos en su frente y un valet parking disponible para los visitantes o estacionarse a la vuelta en la calle solitaria, el restaurante al interior dista mucho de lo que sucede en el extranjero terior, en dónde parece que la mayor cantidad de mesas están ocupadas para los desayunos que allí se sirven, fuimos por recomendación; los platos bien presentados, con precios que rondan entre los MX$ 200.00 y 300 pesos (menú disponible en su página), pedimos distintos desayunos que nos dejaron distintas impresiones: "rescatando a los quelites" huevos revueltos con otros ingredientes, quizás el de menos presentación, no tiene un sabor que destaqué por su precio, tampoco mal sabor, además de que las tortillas son pocas y no son recién hechas 😡 para el costo del plato; "chilaquiles rojos" satisfactorio, sin que destaqué por su sabor; "omelette español", bien presentado y servido, de buen sabor, acordé con lo que puede esperar; "pan francés mestizo" es un desayuno dulce a diferencia de los anteriores el mejor de todos, de excelente sabor y bien presentado; en cuanto a las bebidas: jugo de toronja ( bueno), jugo de naranja (aceptable), café capuchino (bueno, bien presentado) y café americano ( sin refill -no lo manejan 🤨). El ambiente es agradable, acogedor y fresco; un lugar propio para conversar, para ir en pareja o grupos; tiene dos espacios, uno bajo techo y otro conjunto de mesas que se encuentran en un patio verde bajo sombrillas. La atención de primera, jóvenes muy educados, amables, diligentes, hacen que sea más agradable la estancia en el restaurante. Recomendable.... pero ojalá, al menos, cambien a tortillas recién hechas a manos 🙄. 8/10.
Una buena opción para el brunch, tienen un platillo interesante que es un omelette relleno de chilaquiles, te dan la opción de salsa verde, roja o combinada. Los capuchinos están de muy buen tamaño y ricos.
La copa de yogurt y con fruta es de muy buen tamaño, sería ideal agregar un toque saludable al incluir chía en este bowl
Si te gusta comer afuera, aquí está padre porque en el jardín hay buenos árboles que dan mucha sombra
Son muy amables los que atienden y al salir te preguntan si te van pidiendo tu auto en el valet parking
El lugar es muy agradable cuenta con un salón abierto y otro cerrado , el desayuno es delicioso a pesar de su aspecto que a primera vista no se antoja , es exquisito , yo ordené rescatando a los quelites y los de la abuela para el abuelo con quesadillas chiapanecas y es toda una experiencia , el lugar tiene un brincolin para niños y el estacionamiento es pequeño pero tienen valet parking !
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