Save, el restaurante de mariscos estilo Guasave, ubicado a unas cuadras de la Glorieta Chapalita en Guadalajara, ofrece una experiencia culinaria interesante con algunos aspectos destacados y otros que podrían mejorar. La elección del agua mineral con limón fue refrescante, aunque es de destacar la amplia variedad en coctelería disponible. Como entrada, decidí probar los ostiones Rockefeller, los cuales, a pesar de no ser los más grandes, sorprendieron por su sabor. La combinación con arroz resultó ser un toque único y delicioso, añadiendo un elemento inesperado pero bien recibido. Para el plato fuerte, me aventuré con el pescado Tamazula relleno de camarones y pulpo en una salsa bechamel, acompañado de verduras y arroz. Aunque el platillo fue exquisito en sabor, la presentación dejó mucho que desear, ya que el tamaño del plato superaba considerablemente la porción, dando una impresión de falta de equilibrio en la presentación. El postre, un creme brulee, presentó un contraste. Aunque utilizaron vaina de vainilla, un punto a favor, se notaba que el postre ya tenía algunos días, afectando la textura y sabor. Además, la costra de azúcar no estaba tan flameada como se esperaría, restándole ese toque crujiente característico. En cuanto al ambiente, a pesar de la calidad de la comida, el ruido exagerado del mariachi en vivo podría resultar molesto para algunos comensales que buscan disfrutar de una comida tranquila. En resumen, Save ofrece platillos deliciosos con sabores auténticos, pero la presentación y atención a detalles como la frescura de los postres podrían mejorar. El ambiente es agradable, pero es recomendable considerar la intensidad del mariachi para aquellos que buscan una experiencia más relajada. Calificaciones: Comida: 4.5/5 Bebidas: n/a Entradas: 5/5 Platos fuertes: 4/5 Postres: 3/5 Ambiente: 4/5