Fuimos allí buscando un café y un pan en el centro, plan típico. Resulta ser que de café tiene lo mismo que cualquier otro restaurante: Un poco engañoso el nombre. No venden pan! Los pasteles que ofrecen como postre no están tan buenos. Las malteadas están ok, pero no muy destacables. Hubieron 15 minutos de espera para una mesa pero es de esperarse con la concurrencia de la zona centro.
Sí está muy rico y bien servido lo que probamos, sí está dentro de la categoría de lo recomendado. Degustamos unos chilaquiles, huevos con chorizo, desayuno americano con huevos tiernos, tocino y sus respectivos pan cakes. También degustamos un plato de fruta.
Lo que no me encantó es que pedimos 2 vasos de agua sin hielo y nos llevaron dos botellas de agua fría y francamente eso no nos encanta.
En general sí, bien, sí regresamos y sí recomendamos.
No cuenta con estacionamiento ni lugares para personas con discapacidad para que lo tomen en cuenta y exactamente en la puerta del baño tienen una mesa, para que consideren no sentarse ahí.
Me gustó la comida, estuvo muy buena, lo único que podría comentar es que el espacio está un poco apretado y no hay mucha privacidad entre mesa y mesa, fuera de eso vale toda la pena visitarlo 🙏🏻🩷
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