Nos topamos en este lugar de pasada porque se escuchaba la música en vivo .
Nos encantó. Llegamos y estaba tocando un dúo de piano y guitarra. Un italiano interpretando algunas canciones propias y otras clásicas revolucionarias italianas.
Muy bonito lugar. La música super buena, hay diferentes grupos cada día, principalmente jazz o blues. La comida buena, pero tampoco destacable. Los meseros muy amables, pero el servicio un poco lento, aunque sería justo mencionar que el lugar estaba lleno.
La música es increíble, los precios de la cerveza pueden estar un poquito elevados en comparación a otros bares sin embargo es entendible por el concepto del bar.
El ambiente me pareció muy agradable.
La comida está muy básica, el sabor no es malo pero tampoco es lo más delicioso, esta muy "equis". La cantina se caracteriza por la música y no por la comida.
Los tacos de arrachera y las quesadillas de pollo son aceptables, aunque por el precio las porciones son pequeñas.
Recomiendo ampliamente el lugar para ir por un trago, platicar, y escuchar música agradable.
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