Un lugar con tradición, según cuenta sus paredes y muros.
En primer lugar, no me gustó que el agua de horchata fuese artificial, para un lugar con esa tradición y precios, es algo que no se deberían permitir.
Las chalupitas, muy sabrosas de sabor, pero necesitarías varias órdenes para quedar satisfecho, el pocho que le agregaban era mínimo.
El servicio fue cordial, atento y el tiempo en que nos sirvieron, fue adecuado.
Dejo el menú a Diciembre 2023.
Riquísimas chalupas entre otros platillos, todo el staff muy, muy amables, atentos y dispuestos, abiertos a solicitudes en los platillos, así que uno come a gusto, el mole muy rico, tienen una sidra sin alcohol muy buena, y en general todo muy apetitoso.
El lugar es acogedor, fuimos un grupo de 20 personas y todos cómodamente sentados. Baños limpios y bien cuidados.
Muy recomendable para desayunar
Gracias al gerente por sus atenciones, a los meseros y a las señoras del comal, unas reinas que me hicieron un desayuno delicioso !
Si buscas un lugar con sabor verdaderamente tradicional, alejado de donde comen los turistas del montón, has llegado al lugar correcto. El lugar es acogedor, simple sin adornos muy grandes. La carta califica de corta, pero ojo, todo es exquisito. Moles, chalupas, tortillas echadas a mano, cemitas, pipianes, hasta el arroz solo es una delicia. El precio es excelente, más que justo para una experiencia del mismo nivel. Imperdible si vienes a la ciudad.
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