Cenamos en este lugar y es lugar tranquilo, con precios justos y céntrico. El restaurante por dentro es algo grande, pero no me gusta como está distribuido porque está como una sala grande. No había nadie, la música adecuada para platicar, hay un lugar como para reservar para una fiesta privada. No había mucho calor, pero siento que el clima no enfriaba bien. Ordené una Lasagna de carne y una copa de maracuyá con fresa. La Lasagna es una porción muy grande, a mi parecer era muy exagerada, creo que hasta se puede pedir para compartir. El sabor bien a secas, puede aún mejorar aún sus ingredientes. La bebida un poco dulce. Lo que sí es muy bueno es el servicio, muy amables. Finalmente no pude terminar toda la Lasagna y la tuve que pedir para llevar. El pago puede ser en efectivo o con tarjeta. Siento que no es restaurante para llevar a una pareja o para celebrar un cumpleaños, sino simplemente comer a buen precio. En general fue una experiencia buena, pero honestamente no sé si volvería.
Muy rica la comida, muy bien servidas las porciones, super amables. Un lugar muy a gusto , y muy tranquilo para pasar un buen rato. Recomendable aros de calamar.
Muy pero muy rico . Soy fan de las pastas
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