Me pareció bonito el lugar, está tranquilo por la mañana, así que puedes disfrutar cómodamente de tus alimentos y bebidas.
Yo fui y me gustó la amabilidad del personal, la amplia variedad de platillos y su particular estilo veracruzano.
Desayuné unos huevos motuleños y el café lechero y todo estaba muy bien.
Lamentablemente por el espacio y las instalaciones, no cuenta con mayor capacidad para comensales y sobre todo para personas con discapacidad se les dificultaría el acceso al interior.
Muy lindo y tradicional lugar, tocó la cena: club sandwich y chocolate, muy bien presentado y de buen sabor aunque si demasiado dulce pero nada que no se resolviera con un shot que muy amablemente me dio el lechero.
Aunque creo si andan abusando del azúcar, el napolitano igual estaba demasiado dulce.
La atención es buena, los baños están muy limpios y tienen consideración para los discapacitados(baños y elevador) Jael y Gerardo nos atendieron super bien.
El lugar es muy concurrido los fines de semana hay que llegar temprano.
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